DESESPERANZA DE UNA MUERTE INÚTIL



Desadaptadoz, 14 de diciembre de 2016. Bogotá. Desesperanza de una muerte inútil, del poeta Chucho Peña.

Vídeo realizado por Camila Florez Quintero, a la memoria de Oscar Zapata, el Gordo.

RECITANDO RESISTIENDO - 30 de abril 2015 - Esquinofrenia Teatro

Algunas fotografías del montaje teatral preparado por Esquiniofrenia Teatro para el 29 aniversario de la desaparición de Chucho Peña: "Recitando Resistiendo"




PALABRAS DE MIREYA, COMPAÑERA DEL POETA DESAPARECIDO.



IMÁGENES DEL HOMENAJE EN EL 29 ANIVERSARIO DE SU DESAPARICIÓN

ALGUNOS DE LOS PARTICIPANTES EN EL HOMENAJE A CHUCHO PEÑA


Integrantes del antiguo "Comunidad Teatro de las calles"

 Pilastra de AMOVI - UIS. Sobre ella, la placa-epitafio de la tumba de Chucho Peña

 Ivonne, alma nutricia del grupo de investigación AMOVI-UIS

Directora de ASFADES

Coetánea y amiga de la desaparecida Carmenza Landazábal Rojas

 Hermano de Carmenza Landazábal Rojas

 Hermana de Jesús María Peña Marín (Chucho Peña)

 Lucho Argüello, amigo de Chucho Peña

Raúl Moreno Jerez, poeta y amigo de Chucho Peña

ESPACIO DE PENSAMIENTO "CHUCHO PEÑA"



Se ha constituido, con gran entusiasmo y energía constructiva, un espacio nuevo en la Facultad de Humanidades UIS: el Espacio de Pensamiento "Chucho Peña".

En lo que fuera la cafetería de Humanidades, maltratada por propios y extraños, se yergue ahora un auditorio cerrado muy confortable frente a un amplio vestíbulo que ha servido de pretexto para los planes de lectura de la poeta ANGYE GAONA. En ese enorme pasillo de pisos y paredes de cerámica, se han realizado ya varias sesiones de lectura de poesía para niños y jóvenes. En esta ocasión, jueves 30 de abril, aniversario #29 del secuestro, desaparición y lamentable asesinato del poeta Chucho Peña, con la participación activa de AMOVI - UIS (Archivo Oral de Memoria Histórica de las Víctimas del Conflicto Armado, de la Universidad Industrial de Santander) se ha realizado un sentido homenaje en su memoria.





Raúl Moreno Jerez

 El George, Angye Gaona, Jose Vicente, Mireya y Raúl.

 Mireyita y el nuevo mural de Chucho en Humanidades.

Viva la memoria de Chucho.

 Mural de Chucho y de Carmenza Landazábal en Humanidades UIS.

Página de facebook

Recordatorio en el parque de Bolívar donde fuera secuestrado Chucho.
RECITANDO RESISTIENDO
ESCENAS DE LA OBRA
CONVERSATORIO Y BRINDIS














RECITANDO RESISTIENDO

Obra ganadora de la Beca Bicentenario de Teatro 2011 en el departamento de Santander. Creación colectiva del proyecto escénico "El telón de la calle", dirigido por el dramaturgo y director teatral JUAN ORDÓÑEZ LASERNA (Laso). El estreno fue el 22 de diciembre de 2011 en el Auditorio Luis A. Calvo de la UIS por parte del grupo «Esquinofrenia Teatro».



(Desatrasando noticias...)

Obra de teatro «RECITANDO RESISTIENDO»

"El Telón de la Esquina" es un proyecto escénico de Esquinofrenia Teatro, dirigido por Laso, Juan Ordóñez Laserna, ganador de una Beca Bicentenario. La función de estreno se llevó a cabo la noche del jueves 22 de diciembre de 2011 en el Auditorio Luis A. Calvo de la Universidad Industrial de Santander. Como cierre se hizo un brindis por el poeta Chucho Peña y un conversatorio en torno a su obra.


Presentación de la banda Desadaptadoz, en el bar Yagé. Medellín, 19 de julio del 2013.
Pase lo que pase hay que cantar.




DESAPARECIDOS
Polipoesía en el teatro «Barra del Silencio», evento realizado en Medellín el 29 de marzo de 2014.
Subido por Daniel Álvarez.



POEMA «REFLEJOS» en versión de JORGE CHONA Y HERNÁN SALAZAR



Si al mirarte al espejo un día
te miras justo
como no te gusta ser mirada

no te sonrojes ni lo rompas
mucho menos lo disculpes

quédate así nomás
mirándote
mirándome

yo sabré recorrer
los callejones del miedo
y llegar a tiempo
por tu imagen.

POEMA «RIESGO» Versión punk de DESADAPTADOZ

Ponencia

LA POESÍA DE CHUCHO PEÑA:
UNA RESPUESTA A LA DESESPERANZA


Pereira, 24 de septiembre de 2010

"No quiero morir sin escribir mi verso"
Chucho Peña

Por: MIREYA VALBUENA CARREÑO.


Hace muchos años, casi veinte, encontré el siguiente poema de Chucho Peña escrito por la mano de algún estudiante de vuelo largo, en el atril de un aula de esta universidad, entonces supe que su poesía había cruzado fronteras:




LA POESÍA DE CHUCHO PEÑA: UNA RESPUESTA A LA DESESPERANZA


Quiero escribir versos
Quiero escribir versos
Quiero construir finas filas de palabras
que como hojas de afeitar
donde rozan dejan huella
y al cabo del tiempo puedan decir:
Aquí pasaron los versos de un hombre
que aunque triste
quiso escribir versos
con la dureza y el poder
del delgado acero
que hiere la aspereza.

He recorrido de nuevo
mis no sé cuántos versos
y estoy triste como siempre
más que nunca de saber que siempre
podría mi vida depender
de un verso que nunca encontraré
y que busco en cada esquina;
en cualquier parte que me vean
obsesionado estoy
ordenando sustantivos, verbos, adjetivos
hasta hacerlos versos
poesía para gritar en las plazas y los parques.

No me importa que no encuentre nunca
el verso que busco con afán
el verso que todo lo derrumbe
rasgue las vestiduras
y nos muestre
a todos
lo que somos de verdad;
el verso total
que todo lo diga y lo repita si es del caso
el bloque irreductible de palabras
necesarias marchando en fila india
haciendo de la búsqueda del verso total e irreductible
la esperanza
la meta final de un oficio que no existe
y que alguien tiene que asumir
sufriendo aún lo necesario
todo lo que dice viviendo todo lo que exige.

No quiero morir sin escribir mi verso,
no quiero que mañana al recordarme digan:
No dijo suficiente
no dijo lo que quiso
le dieron miedo los mensajeros de la muerte
y de igual forma murió.

Yo moriré de plomo y poesía
de igual forma que puedo morirme de otra cosa;
la muerte es lo único seguro que acarrea la vida
y me da miedo
pero igual voy a morirme un día
con o sin miedo
de plomo y poesía
o de otra cosa.
Podrían por ejemplo matarme.
Por ejemplo podría morirme
pero soy uno solo
demasiado intrascendente
no pasaría nada;
moriría de ganas de vivir
soy uno solo
y ya han matado muchos
soy uno solo
y no podrán matarnos a todos
ni siquiera casi todos;
están muy muertos
muy impregnados de odio y sinrazones.
No podrán quitarnos mucho nunca
solo algunas vidas
que no podrán ser suficientes.

Yo seguiré buscando mi verso
a mí aún no logran sembrarme de silencio.
Yo seguiré hablando a las plazas y los parques
gritando en mi canto lo que pienso y lo que creo.
Un hombre puede morir en cualquier parte;
vivir implica morir de alguna forma
y los hombres seguirán siendo los hombres
y creyendo en el poder de la palabra
en la vida y en la muerte
en la gente, nuestra gente
inmensa mole de silencio
que comienza a ser rumor
a erigirse en esperanza
la única esperanza
nuestra esperanza construida de silencio
que poco a poco va tornándose
en un inmenso grito
interminable como un pueblo
un grito cósmico
el verso que el día en que yo muera
estaré buscando con afán
el verso irreductible
inevitable como el hombre
y su porvenir libre
inevitable.


Hace muchos años, casi veinte, encontré el siguiente poema de Chucho Peña escrito por la mano de algún estudiante de vuelo largo, en el atril de un aula de esta universidad, entonces supe que su poesía había cruzado fronteras:

SEÑALES

Tan sólo es necesario vestirnos
color de poesía;
impregnarnos la frente de fragancia
verso libre,
ser prototipos del estilo
canto sin barreras;
caminar del lado de la vida
duro contra el viento
para que seamos declarados
elementos fuera de orden.


Chucho caminó del lado de la vida, fue prototipo del estilo de una época, aún vigente, pues la utopía de libertad, justicia e igualdad que perseguía con afán apasionado no se ha hecho realidad.

En el 2005 descubrí su maleta, en unas manos amigas que la custodiaron durante estos largos años. Después vino el proceso de digitación y selección del material: más de 400 páginas, cantidad considerable si se tiene en cuenta la edad de Chucho en el momento de su muerte: 24 años. Este hallazgo es el origen del libro que hoy podemos disfrutar y la otra razón que ha conducido mis pasos a este espacio, a compartir con ustedes los versos de un muchacho soñador y apasionado por la libertad, que es como decir, compartir un renacimiento, pues la poesía afortunadamente, para los humanos, renueva las palabras, las preña de sentido.

Nacer representa una ruptura con un estado anterior en el que la inocencia quizá habita otros universos, y deviene una continua búsqueda en pos de nuestra esencia. Dice Chucho en su poema:

Yo también estuve en paz
pero nací;
allí comenzó mi guerra.


Nació el 22 de febrero de 1962 en Medellín, donde transcurrió su infancia en un ambiente entre lo urbano y lo rural de aquella ciudad en crecimiento. Su vida de estudiante estuvo circundada por protestas y marchas en las que se ponía de manifiesto la rebeldía de una juventud y el auge del desarrollo político de la izquierda en nuestro país.

Desde temprano su espíritu buscó la expresión artística como una forma de manifestarse, de ejercer su criterio: entonces fueron la canción, el poema y el teatro sus mejores camaradas, así terminó trabajando con el Teatro Estudio Universitario de la Universidad Autónoma Latinoamericana (UNAULA) en Medellín.

Los sesentas y los setentas en Colombia y en Latinoamérica, estuvieron cruzados por un despertar en lo político y en las letras: especialmente signados por el triunfo de la revolución cubana y la estela heroica del Ché Guevara, que diseminaron la utopía de la América de fraguas /En las que se destruyen las cadenas y las armas; /La América de hierro /Para fundir en patria los arados, La América trigal/En la que se amasa el pan de todos, dice Chucho en su poema Palabras ante la tumba de don Simón. Florecieron también otros proyectos políticos que buscaron extender la experiencia cubana, como la de los Tupamaros en Uruguay, el sueño democrático de Chile con Salvador Allende y el inmenso Pablo Neruda, y ya finalizando los setentas, el fugaz triunfo de la revolución sandinista.

Pero también fue, en el campo político, la época de las dictaduras militares como respuesta a estos anhelos libertarios y con ellas la crueldad de la arremetida por sustraer del ámbito político estas tendencias, estos proyectos.

Por otra parte, fueron las décadas en las que llegó a la cima el llamado Boom Latinoamericano con Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. Y con ellos, poetas como Roque Dalton, Otto René Castillo, Mario Benedetti, entre otros, quienes desde la vida hasta la muerte estuvieron comprometidos con el sueño latinoamericano de libertad y justicia social. Momento clave en la historia de las letras de este territorio, pues con ellos y otros escritores se fundó la propuesta de Literatura Latinoamericana auténtica, nacida del deseo de ser.
Momento clave pues se conjugó estéticamente, el proyecto literario con una postura política autónoma y crítica de la problemática social de estos pueblos.

Todo lo anterior impregnó el espíritu de muchos jóvenes, Chucho entre ellos, dándole palabras al sueño de SER latinoamericano, de recobrar la identidad perdida, extraviada quizá desde el choque con la cultura europea. En aquel momento se buscaba un proyecto político y un proyecto artístico que inquiriera y expresara esta alternativa. Este fue el sustrato que nutrió el proyecto artístico latinoamericano, este, el sustrato del proyecto artístico de ChuchoPeña. El sueño entonces consistía en despertar la conciencia a través de la poesía, la canción, el teatro, las artes en general.

Así, con todos estos acontecimientos bullendo en su alma y en medio de la situación política nacional, expresión de lo que se vivía a nivel latinoamericano, Chucho llegó a Bucaramanga en 1982 desde su natal Medellín que se debatía entre la ansiedad de los movimientos de izquierda por sobrevivir y avanzar, y el naciente proceso de desarrollo del narcotráfico y el paramilitarismo. Llegó buscando espacio, aire para su proyecto y lo halló, pues se vinculó desde el comienzo con El Sembrador, grupo cultural conformado por jóvenes universitarios, soñadores como él, empeñados en crear una alternativa cultural de resistencia a la oficial. Allí había cabida para poetas, cantores, teatreros, gestores culturales, músicos y artistas plásticos, es decir, todas las artes tenían su expresión. Chucho engalanó los escenarios populares con sus recitales que eran más que la lectura, la representación de los poemas.

En su búsqueda Chucho encontró escritores jóvenes como él pero también a quienes serían sus maestros: Pablo Neruda, Julius Fucik, Blas de Otero, Alejandra Pizarnik, Miguel Hernández, Federico García Lorca, José Martí, Mario Benedetti.

Pero sobre todo, Otto René Castillo y Roque Dalton fueron sus faros en el quehacer literario, en el quehacer político y en cada uno de los actos de su vida, pues como afirma Oscar Jairo González Hernández en su ensayo para el XX Festival Internacional de Poesía de Medellín “En cada poeta hay una poética, y esa poética es la que se encuentra también en sus poemas, y en ella expresa sus posturas para con la vida de poeta y con sus actos poéticos.” Esta influencia se percibe en la vida de Chucho, en su trajín político, en su poesía, en sus recitales e incluso, por aquellas mágicas coincidencias, también en su muerte.

La poesía de Chucho Peña es, como dijera Isaías Peña Gutiérrez, al caracterizar la poesía de la segunda mitad del siglo XX en América, una poesía coloquial en tanto que recurre a un lenguaje sencillo, escueto casi podría decirse, perentorio. Los asuntos tratados son igualmente urgentes pues es la vida, el amor, la muerte, temas universales de los que se han ocupado siempre los poetas. Asuntos que aún nos agobian, que incitan a la desesperanza son los que circulan en sus poemas, no aquella plateada por Álvaro Mutis, en la cual el desesperanzado no hace nada absolutamente nada por transformar el mundo, pues si bien es cierto que en su poesía palpita la desesperanza, también habita en ella la esperanza, quizá como algo más profundo que un fugaz momento de entusiasmo.

El elemento desesperanzador en la poesía de Chucho está en la presencia cruda de la problemática política, social, económica e ideológica de la sociedad, es decir en la situación desatada por un desarrollo que privilegia cada vez más a un sector de la sociedad, en el deterioro social que provoca.

El primer rasgo de la desesperanza señalado por Mutis que alude a la estrecha relación entre lucidez y desesperanza, en la cual a mayor lucidez mayor desesperanza, se percibe en la poesía de Chucho, en la presencia de la realidad agobiante , en la convicción de que la oferta de los dirigentes del Estado no es la salida, no es la solución, no se confía en ese discurso del hombre que busca el éxito del dinero, en este sentido hay desesperanza y lucidez, no se transige de ninguna manera. Sin embargo sus poemas sugieren una confianza en otra búsqueda relacionada con la transformación de las relaciones entre los hombres, con la justicia, la igualdad, y se proyecta más allá de estas condiciones sociales, haciendo de esta búsqueda una transformación íntima del ser humano:

No me importa que no encuentre nunca
el verso que busco con afán
el verso que todo lo derrumbe
rasgue las vestiduras
y nos muestre
a todos
lo que somos de verdad


Ante la segunda condición de la desesperanza, la incomunicabilidad, esa imposibilidad de hacer partícipe a otro de algo que se sabe, el poeta tiene conocimiento de la decadencia social y política y busca afanosamente comunicarlo a través de sus poemas,

Yo seguiré hablando a las plazas y los parques
gritando en mi canto lo que pienso y lo que creo.


No obstante el poeta sabe que en su búsqueda está solo y que su oficio de rastreador no existe,
haciendo de la búsqueda del verso total e irreductible
la esperanza
la meta final de un oficio que no existe


La tercera característica del desesperanzado, su soledad, nacida de la incomunicación, en el caso de Chucho se manifiesta no como la incapacidad de comunicar sus propias convicciones sociales si no como la certeza de la soledad del ser en la búsqueda de su esencia.

Y la cuarta condición es su estrecha y peculiar relación con la muerte. En varios de sus poemas, en este especialmente se aprecia este rasgo de la desesperanza. El miedo a la muerte se expresa de manera serena pues se tiene la certeza de su inevitabilidad, es más, de su proximidad, pero es su muerte, la de un solo individuo, no la de los bastantes como dijera él para referirse a la gente a todos, al pueblo. En este aspecto la vida y la muerte rompen las fronteras individuales para dar lugar a un concepto más amplio: es el conjunto, es podría decirse el género humano.

Así, en la brevedad de esta presentación, se puede concluir que a pesar de los elementos de la desesperanza que transitan en la poesía de Chucho, y tal vez como respuesta, coexiste con ellos la luz de la confianza plena en la búsqueda humana de lo esencial: el verso irreductible /inevitable como el hombre /y su porvenir libre /inevitable, la confianza en el poder de la palabra, en la gente, en la vida y en la muerte, como parte de la misma vida, pues vivir implica morir de alguna forma, no es la dicotomía entre vida y muerte sino la unicidad de un proceso.

Después de que el acoso político a El Sembrador obliga a sus integrantes a disolverse, Chucho se vincula como poeta a la Escuela Político-sindical de la Unión de Trabajadores de Santander USITRAS, con la cual llega a diversos lugares, entre ellos a uno de los sindicatos fuertes de la época: Sintraindupalma en San Alberto, Cesar. Posteriormente funda junto a Lucho Arguello, el grupo de teatro Comunidad de las Calles, claro está sin dejar de hacer poesía ni dejar la actividad política.

La publicación para cualquiera que escriba o intente hacerlo es fundamental; a la par con ello, la condición económica del escritor generalmente no es la mejor y en los ochentas la tecnología estaba más fuera del alcance de los jóvenes escritores que ahora, esto convertía la publicación en una tarea titánica y riesgosa. Chucho alcanzó a publicar un poemario con el título Delmasestrictouso y abuso y dejó preparada una selección de poemas que iría a publicar con otro poeta, Notas de Bitácora.
En este estado se encontraba en 1986 su proyecto cuando en Bucaramanga se desató una tormenta de persecuciones, expresión del recrudecimiento de la crisis política del país en la que reinó la confusión, la vileza y la desconfianza.

Pero aquí estamos hoy, celebrando la edición de una parte de sus poemas, compartiendo este renacimiento, esta entrega para que tenga lugar el relevo en la búsqueda del verso total e irreductible y sembremos de poemas el sueño de SER.

Lectura de poesía y lanzamiento del libro en la UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA

Mireya Valbuena y Jorge Iván Salgado

Mireya Valbuena, William Marín Osorio (profesor de literatura de la UTP, anfitrión del evento), Doris Valbuena, Carmen Julia Henao Rodríguez y Jorge Iván Salgado


Lectura de Carmen Julia Henao Rodríguez, estudiante de Etnoeducación

Lectura de Mireya Valbuena en la Universidad Tecnológica de Pereira

LANZAMIENTO DEL LIBRO EN PEREIRA



La poesía de Chucho Peña, una respuesta a la desesperanza.
Por: Mireya Valbuena Carreño.
Presentación del libro de poesía de Chucho Peña
"Aún no logran sembrarme de Silencio"

Lectura de poemas: Jorge Iván Salgado.

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA
Jueves 23 de septiembre de 2010

REIVINDICACIÓN DE UN GRAN POETA MÁRTIR

No se trata aquí de comparar la calidad literaria de los poetas. Se trata más bien de hallar sus equivalencias en el magisterio de la poesía. Federico García Lorca y Miguel Hernández fueron en España dos voces profundas que se trató de acallar por la fuerza, por parte de oscuros personajillos que se creían iluminados exterminadores de los males que aquejan a la humanidad. Esos verdugos en realidad provocaron una sangría inútil que más fuerza dio al eco de estos poetas universales. En nuestro país, Colombia, estamos en mora de redimir a los nuestros, voces que nacieron de la entraña popular y murieron por su fidelidad a la palabra con que el mismo pueblo los ha investido.

España redime a Miguel Hernández

Un país enmendará este viernes su historia, al menos de forma simbólica. La vicepresidenta de España, María Teresa Fernández de la Vega, entregará a familiares del poeta Miguel Hernández la “Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal”, por medio de la cual admite la injusticia de su muerte en la cárcel de Alicante el 28 de marzo de 1942. Así le restituye el buen nombre a uno de los autores más universales de la llamada “Generación del 27”, de la que también formaron parte grandes plumas como las de Federico García Lorca y Rafael Alberti.

El documento de desagravio será emitido por el Ministerio de Justicia, basado en el Expediente 09-000-785, y busca exculpar al vate de Orihuela de los cargos por los cuales fue encarcelado durante la Guerra Civil y condenado a muerte por un tribunal militar el 18 de enero de 1940. Cargos: “Por ser chivato traidor”, “por escribir versos y ser el poeta del pueblo”. El general Francisco Franco conmutó esta pena por 30 años de cárcel, pero de nada sirvió.

Para el resarcimiento el gobierno español se ampara en la Ley de Memoria Histórica, la misma que les ha permitido a jueces como Baltasar Garzón sacar del archivo crímenes de lesa humanidad de la dictadura franquista.

Lucía Izquierdo, nuera del escritor, y María José, nieta, recibirán hoy en la Universidad de Alicante un pergamino de manos de la vicepresidenta y de los ministros de Justicia y Cultura, Francisco Caamaño y Ángeles González-Sinde. “Es lo más importante que se ha hecho por su memoria”, opina Izquierdo, quien, sin embargo, advierte que aspira a que de aquí a octubre el gobierno y la justicia “anulen la condena a muerte que sigue vigente” y que desde el año pasado está demandada ante el Tribunal Supremo por iniciativa de la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante.

Ante esa entidad, familiares y defensores de la honra de Hernández han presentado documentos y testimonios que demuestran que el poeta formó parte de las tropas que combatieron la dictadura, pero nunca cometió delito alguno. Ni siquiera usó su fusil, sino que animaba a quienes iban al frente componiéndoles y recitándoles poemas. Miguel Hernández nació el 30 de octubre de 1810 y los descendientes aspiran a que el día de su centenario sea anulada la condena por la que murió enfermo de tuberculosis en la cárcel de Alicante. “Sería el broche de oro”.

El evento será sencillo, como la vida de Hernández, y sólo contempla una lectura de poemas en boca de Marcos Ana, colega del sacrificado. La vicepresidenta Fernández de la Vega comunicó que su gobierno está comprometido a “ofrecer a Miguel Hernández el homenaje, el recuerdo y la admiración que su vida y obra merecen”, al tiempo que rechazó “cualquier forma de opresión” y se declaró en “rebelión ante la injusticia”.


NUESTRO POETA

El homenaje en la Casa del Libro Total


Vanguardia Liberal, Lunes 1 de marzo de 2010, Sociales, página 3-B


PALABRAS DE JESÚS MARÍA STAPPER

CHUCHO PEÑA
UN BARDO QUE HABITA ENTRE LA LUZ CON EL SILENCIO VIVO DE SU CANTO INMORTAL


Cuando yo muera enterradme con mi guitarra junto a la arena
Federico García Lorca


Por: Jesús María Stapper


¿Por dónde andarás Chucho Peña? Imagino que estás trasnochado y lleno de bohemia, y que cada día, a las nueve de la mañana, te arropas con el sol del Parnaso. -Sabes, desde aquí, escuchamos el “trueno olímpico de tu voz”-. Imagino que con tu sonrisa pícara, con tus particulares guiños, estás escondido detrás de tu palabra en los paraninfos y en los auditorios deshabitados que tú llenabas. De seguro, estás “mamándole gallo” a los asistentes de tu poesía, en el teatro, en la universidad, en el colegio, en el parque, en el sindicato, en el bus citadino de medio día, o en los andenes de la cuadra. Imagino que ríes con la cuadrilla de obreros que traen sus esperanzas abiertas, honestas y sinceras en el sudor guardado entre los cuencos de sus manos. Imaginó que tomas agua en una quebradita junto a los campesinos, luego de sembrar con ellos, millones de plantas de maíz. Te imagino llevando bultos sanos de comida para los proletarios. Imagino que en tu espalda llevas una vivienda de verdad que instalarás en un suburbio en donde se “aposentará” una familia humilde. Imagino que debajo de tu ancha camisa llevas una lonchera repleta de golosinas para un niño de la calle que asiste a la escuela por primera vez.





¿Por dónde andarás Chucho Peña? Te imagino a esta hora: “arañando el fondo de la noche”. Te imagino deambulando allá por las esquinas sagradas de los cielos que inventaste y nos regalaste. Bien sabes que en tu cielo cabemos todos los transeúntes del tiempo, bien sabes que somos la gente de tu barrio. Sé que deambulas con tu gallada y con ellos conformas un torbellino de voces poéticas. Sé que algún día nos contarás en serio de los avatares de García Lorca, de Vallejo, de Neruda, de Rimbaud, de Guillén, de Rulfo, de Castro Saavedra, de Vidales, de Zogoibi, de Caicedo Borrero, de Benedetti, y de tantos, pero tantos otros… que como tú, son orfebres de los sueños y constructores de la vida.

Te imagino hablando a diestra y siniestra, hablando quizás más recio, con más armonía y con más sabiduría que nunca. Sé que dentro de tu alma llevas tu bufanda a cuestas. Sé que llevas cruzada en tu pecho, una mochilita nueva en donde guardas tu amoroso arsenal de versos. Te imagino que continúas rasgando la guitarra como si estuvieras navegando en las fuentes de una desconocida melodía como un pirata que se pierde en el precipicio de un poema. Sé que en un bolsillo de tu viejo jeans, guardas las esquelas de tus amores no conquistados, aquellas esquelas furtivas de repleta ternura, dedicadas a las chicas esquivas, renuentes y difíciles. Imagino que hoy estás de nuevo enamorado y estás coqueteándole a una muchacha ingenua que no sabe lo que significa amar a un poeta que escribe el amor, desde sus entrañas. Sé que en tu morral de ensueños cabe para siempre la humanidad entera.

Sé que “los días continúan atravesando tu existencia”. Sé que a veces vas “por un camino solitario y hallas una casa con una pequeña luz”. Esa luz eres tú que te eriges como una tea invencible, la tea invencible de un vate indomable. Sé que fuiste vertical, temperamental y franco. Sé que nunca fuiste un poeta anónimo sin importar que en la sencillez de tu ser recóndito te llamaras: Jesús María Peña Marín.

Poeta Chucho Peña, aún contradiciéndote de ferviente manera, sé que “si querías cantar, que sí querías decir, que sí querías hacer”. Pero ante todo, sé que sí querías ser y aunque fingieras no saberlo, siempre lo supiste. Y te lo confirmo lleno de seguridad y plenitud: Tú sí que fuiste Chucho Peña. Creo que todos nosotros, hoy firmamos un manifiesto -tu manifiesto filosófico- al decirte con sinceridad: -Tú sí que eres Chucho Peña. También sé que alguna vez “tú estuviste en paz y sé que naciste y sé que ahí empezó tu guerra”; tu guerra por la paz, por la justicia y por la vida. El viento que trae tu paz de ensueño hará que florezca de nuevo la manigua entera, la selva entera, el universo entero. El eco de tu canto nos dice que en algún momento llegarán los nuevos tiempos, llegará la era de un nuevo renacer.

Chucho Peña sin duda fuiste más inteligente que nosotros y te llevaste tu estela de imaginación y de amor para distribuirla en otros lados, en otras estancias, bajo otras circunstancias. Nosotros hoy todavía nos sentimos acorralados por el escarnio, por la infamia, por la ignominia y por la barbarie. Tu actual dialéctica tiene la dimensión de un mundo nuevo. Tu legado flamea en una bandera que vemos a diario cuando se anuncia el crepúsculo. Tu poesía de esta madrugada llega hacia nosotros con la claridad del alba y con la majestuosidad de un prodigioso clarín.

Chucho Peña te declaramos un peregrino ausente, un ágil caminante que va delante de nosotros. Sé que de ahora en adelante, continuarás escribiendo poesía, pretendiendo amantes, sembrando vida, cantando de vez en cuando, y mamando gallo. Sé que en el Parnaso dejaste impreso tu estro que certifica tus visos de inmortalidad. Tu perennidad me dice que tendrás la edad del viento. Chucho, nosotros “al fin comprendimos” que tú vives, también reconocemos que tú vivirás hasta el infinito.

Chucho Peña gracias por los hermosos sentimientos que quisiste inculcarnos. Gracias por tu identidad pretendida, por tu libertad hallada, por indicarnos la “razón de ser”, el valor de ser de nuestra existencia. Gracias mil por tu mayor defecto, el defecto de ser poeta. Gracias por regalarnos la luz en donde habitas. Gracias por entregarnos la herencia de tu silencio vivo. Gracias por tu inmortalidad. De mi parte, gracias por permitirme anclar mi palabra en el océano de tu obra poética. A ti Chucho Peña, ahora y siempre, simplemente gracias.

Jesús María Stapper
Escritor – Artista Plástico
Bogotá, Enero 25 de 2010

UN AÑO ANTES DE SU DESAPARICIÓN


Chucho Peña en la manifestación del Primero de Mayo, en el Parque de la Concha Acústica en Bucaramanga.

AÚN NO LOGRAN SEMBRARME DE SILENCIO

Quiero escribir versos.
Quiero construir finas filas de palabras
que como hojas de afeitar
donde rozan dejan huella
y al cabo del tiempo puedan decir:
Aquí pasaron los versos de un hombre
que aunque triste
quiso escribir versos
con la dureza y el poder
del delgado acero
que hiere la aspereza.

He recorrido de nuevo
mis no sé cuántos versos
y estoy triste como siempre
más que nunca de saber que siempre
podría mi vida depender
de un verso que nunca encontraré
y que busco en cada esquina;
en cualquier parte que me vean
obsesionado estoy
ordenando sustantivos, verbos, adjetivos
hasta hacerlos versos
poesía para gritar en las plazas y los parques.

No me importa que no encuentre nunca
el verso que busco con afán
el verso que todo lo derrumbe
rasgue las vestiduras
y nos muestre
a todos
lo que somos de verdad;
el verso total
que todo lo diga y lo repita si es del caso
el bloque irreductible de palabras
necesarias marchando en fila india
haciendo de la búsqueda del verso total e irreductible
la esperanza
la meta final de un oficio que no existe
y que alguien tiene que asumir
sufriendo aún lo necesario
todo lo que dice viviendo todo lo que exige.

No quiero morir sin escribir mi verso,
no quiero que mañana al recordarme digan:
No dijo suficiente
no dijo lo que quiso
le dieron miedo los mensajeros de la muerte
y de igual forma murió.

Yo moriré de plomo y poesía
de igual forma que puedo morirme de otra cosa;
la muerte es lo único seguro que acarrea la vida
y me da miedo
pero igual voy a morirme un día
con o sin miedo
de plomo y poesía
o de otra cosa.
Podrían por ejemplo matarme.
Por ejemplo podría morirme
pero soy uno solo
demasiado intrascendente
no pasaría nada;
moriría de ganas de vivir
soy uno solo
y ya han matado muchos
soy uno solo
y no podrán matarnos a todos
ni siquiera casi todos;
están muy muertos
muy impregnados de odio y sinrazones.
No podrán quitarnos mucho nunca
solo algunas vidas
que no podrán ser suficientes.

Yo seguiré buscando mi verso
a mí aún no logran sembrarme de silencio.
Yo seguiré hablando a las plazas y los parques
gritando en mi canto lo que pienso y lo que creo.
Un hombre puede morir en cualquier parte;
vivir implica morir de alguna forma
y los hombres seguirán siendo los hombres
y creyendo en el poder de la palabra
en la vida y en la muerte
en la gente, nuestra gente
inmensa mole de silencio
que comienza a ser rumor
a erigirse en esperanza
la única esperanza
nuestra esperanza construida de silencio
que poco a poco va tornándose
en un inmenso grito
interminable como un pueblo
un grito cósmico
el verso que el día en que yo muera
estaré buscando con afán
el verso irreductible
inevitable como el hombre
y su porvenir libre
inevitable.

 

Chucho Peña

FAMILIA Y AMIGOS DEL POETA


El lanzamiento del libro «Aún no logran sembrarme de silencio» de Jesús María Peña Marín, contó con la presencia de la madre, un hermano, las hermanas, una sobrina y numerosos amigos del poeta.


LA MADRE DEL POETA


En primer plano, Leonila Marín de Peña, madre del poeta. A su izquierda, Mireya Valbuena les enseña a las hermanas de Chucho el contenido de la maleta donde él conservaba sus poemas.
Observan los poetas Alfredo Ortiz y Fabio Álvarez


ARTÍCULO EN VANGUARDIA LIBERAL


Gracias al periódico Vanguardia Liberal y al amigo Eduardo por la difusión del homenaje a nuestro poeta.

MENSAJE DISTRIBUIDO POR REDNEL


REDNEL es la Asociación Red Nacional de Estudiantes de Literatura y Afines
y cuenta con nodos en Bogotá, Cali, Popayán, Antioquia, Santanderes, Cartagena, Huila, Chocó y Sucre.