REIVINDICACIÓN DE UN GRAN POETA MÁRTIR

No se trata aquí de comparar la calidad literaria de los poetas. Se trata más bien de hallar sus equivalencias en el magisterio de la poesía. Federico García Lorca y Miguel Hernández fueron en España dos voces profundas que se trató de acallar por la fuerza, por parte de oscuros personajillos que se creían iluminados exterminadores de los males que aquejan a la humanidad. Esos verdugos en realidad provocaron una sangría inútil que más fuerza dio al eco de estos poetas universales. En nuestro país, Colombia, estamos en mora de redimir a los nuestros, voces que nacieron de la entraña popular y murieron por su fidelidad a la palabra con que el mismo pueblo los ha investido.

España redime a Miguel Hernández

Un país enmendará este viernes su historia, al menos de forma simbólica. La vicepresidenta de España, María Teresa Fernández de la Vega, entregará a familiares del poeta Miguel Hernández la “Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal”, por medio de la cual admite la injusticia de su muerte en la cárcel de Alicante el 28 de marzo de 1942. Así le restituye el buen nombre a uno de los autores más universales de la llamada “Generación del 27”, de la que también formaron parte grandes plumas como las de Federico García Lorca y Rafael Alberti.

El documento de desagravio será emitido por el Ministerio de Justicia, basado en el Expediente 09-000-785, y busca exculpar al vate de Orihuela de los cargos por los cuales fue encarcelado durante la Guerra Civil y condenado a muerte por un tribunal militar el 18 de enero de 1940. Cargos: “Por ser chivato traidor”, “por escribir versos y ser el poeta del pueblo”. El general Francisco Franco conmutó esta pena por 30 años de cárcel, pero de nada sirvió.

Para el resarcimiento el gobierno español se ampara en la Ley de Memoria Histórica, la misma que les ha permitido a jueces como Baltasar Garzón sacar del archivo crímenes de lesa humanidad de la dictadura franquista.

Lucía Izquierdo, nuera del escritor, y María José, nieta, recibirán hoy en la Universidad de Alicante un pergamino de manos de la vicepresidenta y de los ministros de Justicia y Cultura, Francisco Caamaño y Ángeles González-Sinde. “Es lo más importante que se ha hecho por su memoria”, opina Izquierdo, quien, sin embargo, advierte que aspira a que de aquí a octubre el gobierno y la justicia “anulen la condena a muerte que sigue vigente” y que desde el año pasado está demandada ante el Tribunal Supremo por iniciativa de la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante.

Ante esa entidad, familiares y defensores de la honra de Hernández han presentado documentos y testimonios que demuestran que el poeta formó parte de las tropas que combatieron la dictadura, pero nunca cometió delito alguno. Ni siquiera usó su fusil, sino que animaba a quienes iban al frente componiéndoles y recitándoles poemas. Miguel Hernández nació el 30 de octubre de 1810 y los descendientes aspiran a que el día de su centenario sea anulada la condena por la que murió enfermo de tuberculosis en la cárcel de Alicante. “Sería el broche de oro”.

El evento será sencillo, como la vida de Hernández, y sólo contempla una lectura de poemas en boca de Marcos Ana, colega del sacrificado. La vicepresidenta Fernández de la Vega comunicó que su gobierno está comprometido a “ofrecer a Miguel Hernández el homenaje, el recuerdo y la admiración que su vida y obra merecen”, al tiempo que rechazó “cualquier forma de opresión” y se declaró en “rebelión ante la injusticia”.


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